Darren Clarke, nuevo capitán de la Ryder

Migue Ángel Jiménez no será el nuevo capitán del equipo europeo de la Ryder Cup. El golfista norirlandés Darren Clarke será el encargado de llevar las riendas del equipo europeo en su enfrentamiento con Estados Unidos sucediendo al irlandés Paul McGinley. Se impuso en la votación final Jiménez y al sueco Thomas Bjorn. El simpático malageño seguirá buscando su primer grande con la barrera de los 50 años superada. Si Tom Watson estuvo a punto de lograrlos, él no puede ser menos.

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La Ryder Cup es una competición bianual que enfrenta a 12 jugadores de Estados Unidos a 12 jugadores europeos en partidos por parejas, con golpes alternos o eligiendo la mejor bola, y partidos individuales jugados al modo match play( hoyos ganados sin tener en cuenta el número de golpes totales). Un torneo que originalmente enfrentaba a golfistas norteamericanos y europeos solo de las Islas Británicas. La irrupción en el circuito de un genio como Severiano Ballesteros obligó a cambiar las reglas y abrir el campo al resto de Europa en 1979.

Hasta ese momento la ventaja de Estados Unidos era avasalladora. 18 victorias contra 3 de Europa. Desde 1979, Europa vence 10-7. Un vuelco que hay que buscarlo en la incorporación de golfistas de la Europa continental, encabezados por nuestro Seve, y en la evolución de los propios jugadores europeos. La expansión del golf a nivel global llevó a muchos jugadores europeos a participar en torneos del circuito estadounidense, PGA, incrementando su competitividad. La pareja formada por Ballesteros y Olazábal se convirtió en el faro del equipo europeo siendo una de las mejores de la historia.

La Ryder Cup es un acontecimiento especial. No se trata solo de una cuestión de talento de los golfistas sino que hay que saber templar los nervios para decidir y realizar los golpes además de saber jugar en equipo. En un deporte tan individualista como el golf saber acoplarse a jugar por parejas es todo un reto. No todos valen para eso. Sin ir más lejos, Tiger Woods no es un buen jugador de Ryder a pesar de ser uno de los mejores golfistas de la historia.

El reto que tiene por delante Darren Clarke, ganador del Open Británico en 2011, no es fácil. Con él al mando del equipo en 2016, Europa aspira a conseguir su cuarto campeonato consecutivo dejando a Estados Unidos más tocado moralmente de lo que se encuentra en estos momentos. La experiencia de Darren Clarke es amplia. Ha participado en 7 ediciones, 5 como jugador y dos como vicecapitán a las órdenes de Colin Montgomery y el español José María Olazábal, en el llamado milagro de Medinah. Con Seve muy presente, lograron con su gran amigo Olazábal a los mandos una victoria histórica en suelo norteamericano.

Es un recorrido clásico en el cargo de capitán. Se busca a un golfista con experiencia y que sea capaz de formar un equipo en el que todos se sientan importantes y partícipes del éxito. Puede parecer contradictorio que un equipo como el europeo, formado por golfistas de diferentes nacionalidades, esté más cohesionado que otro en el que todos son del mismo país, como le sucede a Estados Unidos. Pero no lo es. La tradición deportiva norteamericana pone más énfasis en el desarrollo individual de los deportistas, incluso en deportes de equipo. La tradición europea es distinta. Más participativa, cooperativa y cohesionada donde prima lo colectivo frente a lo individual. Los egos suelen dejarse a un lado para ganar como equipo.

Un deporte de caballeros pero de una enorme rivalidad que el dominio europeo de los últimos años acrecentará las ganas de revancha de Estados Unidos.

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