David Ferrer conquista Acapulco

Parecía que los mejores dias en el tenis del alicantino David Ferrer ya habían pasado y que empezaba el declive lógico para un tenista de 33 años. En el mismo fin de semana en que otro viejo rockero como Roger Federer vencía en Dubai al número 1 del mundo Djokovic en un recital ofensivo, Ferrer conquistaba su cuarto título en Acapulco derrotando al japonés Nishikori, numero 5 del mundo. Su tercer título en lo que llevamos de año después de los logrados en Doha y Rio de Janeiro. Además, Rafa Nadal ganaba en Buenos Aires su primer título desde Roland Garros 2014 recuperando sensaciones y acostumbrándose a ganar.

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Una lógica temporal que parece no afectar en este 2015 a David Ferrer. 17 victorias en 18 encuentros, 3 títulos y recuperando sus mejores sensaciones en la pista. Si la semana vencía sobre tierra batida, ésta lo hacía sobre pista rápida. Una prueba más de su versatilidad. Y olvidando viejos fantasmas. La única derrota en 2015 tuvo lugar en octavos de final del Open de Australia ante Nishikori, que también le había derrotado en los últimos 5 enfrentamientos entre ambos. Este fin de semana se ha tomado la venganza. Y en una final que tiene más valor.

En Acapulco le derrotó por 6-3 y 7-5 en casi dos horas de partido. Una victoria basada en su potente juego de piernas que le hace tener una resistencia superior a la media y una fortaleza mental que parecía haber perdido en el curso pasado. Cuando el partido se complicó en el segundo set, no se derrumbó y luchó hasta la victoria. Aguantando las embestidas del rival a base piernas y precisión en los golpes. El torneo lo planteó de menos a más. Llegando directamente desde Brasil y sin apenas descanso. La experiencia es un grado. Del Top-10 mundial, solo Federer es más veterano que Ferrer.

El papel de David Ferrer en el tenis español se ha visto relegado por la presencia de Rafa Nadal. No es una estrella equiparable a las leyendas del tenis, como Federer y Nadal lo son, pero su perseverancia y carácter le hacen seguir compitiendo al máximo nivel. Cuando muchos le dábamos por enterrado para competir al más alto nivel, el sigue entrenando y buscando formas de seguir mejorando: cambio de rutinas y cambio de entrenador para no acomodarse. Y corriendo en la pista y sufriendo. Como si fuera su primer año en el circuito. Pero no deja de ser una pena que no se le tenga el reconocimiento popular que se merece. Su sencillez no vende tanto como el glamour de otros.

Lo único que le falta por conseguir es un título del Grand Slam. A estas alturas parece complicado que pueda conseguirlo. Aunque muchos creían que su nive lno daba para permitirle para llegar a las últimas rondas de los torneos de Grand Slam. A pesar de eso, se plantó en una final de Roland Garros y en semifinales de otros torneos grandes varias veces. Entre los monstruos que tiene por delante y las nuevas generaciones que ya aparecen a su lado, la cosa no pinta bien. Pero lo seguirá intentando. Cargando al resto como nadie.

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