El desastre de New York Knicks

Construir un equipo a golpe de talonario alrededor de una de las estrellas indiscutibles de la NBA y tener como Presidente a una de las leyendas de los entrenadores no es garantía de éxito. Esta dura realidad es la que están comprobando los aficionados de los New York Knicks. Al inicio de temporada estaban esperanzados con luchar por el anillo de campeón después de muchos años de sequía. No ganan el campeonato desde 1973 y no juegan la Final desde 1999. Demasiado tiempo para el único equipo junto con los Boston Celtics que ha participado en todas las ediciones de la liga más importante del mundo. Y todo ello en la denominada capital del mundo donde el glamour es demasiado poderoso para ver a su equipo arrastrarse por las canchas.

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La conjunción de Carmelo Anthony en la pista y Phil Jackson en los despachos y la dirección deportiva prometía mucho. Pero la clasificación lo dice todo: últimos con un balance de 5 victorias y 35 derrotas. Un equipo perdido en la pista. Sin idea de equipo y con una falta de garra para remontar la situación más que evidente. Además, el equipo afronta una importante plaga de lesiones que le ha dejado temporalmente sin su principal argumento para ganar, Carmelo Anthony.

Los 11 anillos de Phil Jackson, en Chicago con Michael Jordan y en los Lakers con Kobe Bryant, Shaquille O´Neal y más tarde con Pau Gasol, pierden brillo ante su elección como entrenador de los Knicks del exjugador de los Lakers bajo sus órdenes, Derek Fisher. Un entrenador novato cuyo principal mérito es haber sido un buen jugador y coincidir con Jackson en Los Angeles. El intento de teledirigir el equipo desde fuera nunca fue una buena solución.

Un equipo sin alma y caro. Muy caro. Empezando por el salario de Phil Jackson, 60 millones de dólares en 5 temporadas, pasando por el de la estrella Carmelo Anthony y todo un ramillete de jugadores de alto nivel con los que pensaban luchar por el anillo: Amare Stoudemire, la eterna promesa italiana Andrea Barganani, el español José Manuel Calderón( de los pocos con una actuación digna) y una vieja gloria en trámites de retirada como el argentino Prigioni. Si a eso unimos a los recientemente traspasados a Cleveland JR Smith y Shumpert más el despedido Dalembert, el despilfarro no parece tener fin.

La franquicia se encuentra a día de hoy en un proceso de derribo y reconstrucción con el único objetivo de ahorrar dinero, asegurarse una buena elección en el próximo draft( algo fácil dada su nefasta temporada) y fichar en verano con el reclamo de la ciudad de New York, el aura de Phil Jackson y su glamour como fórmula de atracción de buenos jugadores. Solamente quedará como jugador instranferible el lider Carmelo Anthony, uno de los máximos anotadores de la NBA, para hacer olvidar una temporada tirada a la basura en la que perder por menos de 10 puntos se ve cómo una proeza.

Pero la sensación de ridículo es tal que algunos aficionados disimulan y se colocan bolsas de papel en su cabeza para no ver el «espectáculo». Las primeras filas de celebrities se encuentran regularmente vacías en el Madison Square Garden y el equipo está batiendo todos los records negativos de su larga historia.

Para la próxima temporada, uno de los primeros nombres que empiezan a sonar para reconstruir el equipo es el de Marc Gasol que está completando su mejor temporada en la NBA. Este es el reto al que se enfrenta Phil Jackson: demostrar que es tan bueno en los despachos como lo fue en la dirección de equipo en la pista.

One comment

  1. Qué bien está este artículo… A ver para cuando uno de Pau Gasol, si se pueden hacer peticiones, el mejor jugador español de todos los tiempos (junto a Navarro).

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