Real Madrid, campeón de la Copa del Rey

Otro clásico en la final de la Copa del Rey. Las últimas ediciones de la Copa del Rey se han convertido en un carrusel de enfrentamientos entre Real Madrid y F.C Barcelona. Una suerte de bipartidismo entre los dos clubes más poderosos del baloncesto español. 5 de las 6 últimas finales monopolizados por ellos y los 6 últimos campeones. 16 finales entre ambos a lo largo de la historia. 9 a 7 a favor del Barcelona después de hoy. De la canasta de Solozábal a la de Sergio Llul el año pasado.

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Llegaba el Real Madrid a la final con señales contradictorias en su rendimiento. Hasta el descanso jugando a medio gas, bien por dosificar el esfuerzo o bien por cierta relajación mental. Pero a la vuelta del descanso, esa actitud se traducía en un auténtico vendaval de juego con unos parciales arrolladores. Contra el Cai y contra el Joventut, parcial de 19-2 a la vuelta de los vestuarios con record de triples incluido en la competición: 16. Sergio Llul convirtió una serie inmaculada de 5 de 5. El Barca llegaba con la intención de igualar los 24 títulos coperos del Real Madrid, rey de la competición, y que estuvo 19 años sin ganarla hasta que llegó Pablo Laso.

Ganó el Madrid. Ganó a pesar de llevar 20 años sin conseguir dos títulos seguidos en la Copa y a pesar de la brutal actuación de Ante Tomic, 25 puntos y 11 rebotes. Salió el Madrid más enchufado que en días previos: 9 tapones en total que dan fe de su intensidad aunque Abrines colocó dos triples en un suspitro que marcaron el camino de la final: igualdad hasta el máximo posible con un marcador igualado en todo momento y con alternativas para cada equipo.

Ésa es una de las mejores características del Real Madrid actual. Después de años de transitar sin pena ni gloria por las competiciones, Pablo Laso corrigió el rumbo del equipo para hacerlo reconocible a los valores clásicos del madridismo: juego rápido, vistoso y ganador. Un espectáculo imbatible. Andaba por allí un tal Rudy Fernández. En la final de ayer consiguió su tercer MVP de la Copa. 10 años después de la primera conseguida ante el Tau de Nocioni, hoy compañero suyo, pero sin conseguir el título. Efervescente en defensa y en ataque. Anotación, rebotes y asistencias para sostener al equipo en los momentos difíciles. 16 puntos, 5 rebotes, 4 asistencias y 5 recuperaciones. Y sin algunas de las tonterías habituales en los últimos tiempos en forma de técnicas gratuitas.

Ganó el Madrid porque tuvo más alternativas que el Barcelona. Después de un final de curso pasado donde el equipo blanco llegó desfondado al tramo final de temporada, perdiendo las finales de Liga y Euroliga, este año se imponía un cambio de rumbo. Se fichó un tipo de jugador que aportara carácter e intensidad. Eso que es necesario en las finales cuando el equipo se encuentra en dificultades. Eso aporta Andrés Nocioni, magnífica defensa y 4 tapones además de un par de triples cumpliendo a la perfección el papel de 4 abierto, Maciulis y Gustavo Ayón. Acertó la dirección deportiva en estos fichajes.

Esta final deja varias sensaciones contrapuestas. La primera es que Sergio Rodríguez sigue siendo uno de los mejores desastacadores de partidos, por clase y valentía, y que Juan Carlos Navarro no recupera su mejor nivel. Lento de reflejos y de movimientos sin poder aportar sus clásicos tiros y definiciones en los partidos. No sería un digno final para el que disputa, en mi opinión, el papel de mejor jugador de la historia del baloncesto español a Pau Gasol.

Dos equipos que se conocen a la perfección y que dejan un paisaje de batallas inolvidable en los últimos años. Dos entrenadores perfeccionsitas hasta la extenuación. Anticipo de batallas que vendrán sin duda alguna recordando la de años anteriores.

http://youtu.be/D2xT1p1smqU

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